miércoles, 25 de mayo de 2011

REFLEXIÓN ACERCA DE LAS PRÁCTICAS COMO DOCENTE DE PRIMARIA EN LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA HISTORIA

De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, la Historia es la narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria.
          El conocer la historia nos hace reflexionar y valorar las aportaciones de cada cultura a la humanidad. A pesar de los aciertos y errores de los protagonistas que han intervenido en ella, a través de los años, cada uno de los sucesos nos ha proporcionado, consciente o inconscientemente, una mejor calidad de vida.
          Mi práctica docente, me ha enseñado que hay varias maneras de transmitir los acontecimientos históricos y que mucho depende del grupo. Las que mejores resultados me han dado, a la fecha, son en las que, a manera de cuento o de conversación, les narro a los alumnos con mucha familiaridad de los hechos y de los personajes; planteo a los héroes de la historia como personas reales, como ellos o como yo; utilizo un lenguaje familiar y cotidiano y permito que intervengan cuantas veces lo deseen. Incitados por la curiosidad, hacen varias preguntas, llegando a puntos que, a veces, pasa uno por alto. Al final, los niños terminan contando parte de la misma historia. Es una forma completamente diferente a como me enseñaron a mí en la escuela. Tuve maestros muy comprometidos con su trabajo, pero que tenían técnicas de aprendizaje muy cerradas que no permitían analizar la historia. Muchas veces tuve que aprender textos enteros de memoria, pues, para algunos de ellos, la mejor manera de enseñar era al pie de la letra, literalmente.
          Esos textos, por muy bien que los recitara de memoria, no eran más que palabras que, por no darles sentido, olvidaba fácilmente. Por ello, decidí que para mis alumnos ese método no resultaría favorable, por lo que a cada palabra procuro darle sentido, intento que signifique algo para ellos, que deje huella, aunque sea una pequeña y esa huella hará que fluya su interés, que pregunten, que lean y así, probablemente, lo recuerden.
          Cierto es, que los libros no son la única fuente de consulta para la historia, que de mucho nos serviría contar con diversos y dinámicos materiales. Pero también es muy cierto que el que quiere y tiene ganas, tanto de aprender, como de enseñar, encuentra recursos en donde sea, induce a los alumnos a la investigación y logra que aprendan. El que quiere hacer la diferencia en la educación, no espera que los recursos didácticos le caigan en las manos, el docente innovador los diseña y los difunde, si es necesario. Aunque para eso, creo que aún nos falta un interés, una motivación y cultura más grandes.
          Por una educación de mayor calidad, ojalá los consigamos pronto.